Dioscórides, o el arte de curar

Carla Manzano.- Pedanio Dioscórides Anazarbeo fue un médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia, cuya obra De Materia Médica alcanzó una amplia difusión y se convirtió en el principal manual de farmacopea durante toda la Edad Media y el Renacimiento.

El texto que recibe su nombre de este autor es un manuscrito que describe unas 600 plantas medicinales, incluyendo la peligrosa mandrágora, unos 90 minerales y alrededor de 30 sustancias de origen animal. A diferencia de otras obras clásicas, este libro tuve una enorme difusión durante la Edad Media, tanto en su original griego como en otras lenguas, como el latín o el árabe.

El códice más antiguo que se conserva de la obra data de comienzos del siglo VI, y fue copiado para uso de la patricia romana Anicia Juliana, hija del emperador Anicio Olibrio. Este manuscrito tiene un total de 491 folios y casi 400 ilustraciones a página completa. En 1569 fue adquirido por el emperador Maximiliano I, y se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria (Österreichische Nationalbibliothek). Es conocido como Codex Vindobonensis Med. Gr. 1 (Vindobona es el nombre latino de Viena) o, simplemente, como el "Dioscórides de Viena".

La obra fue traducida por primera vez al árabe en el siglo IX, en el Bagdad abasí. En el siglo siguiente, el emperador bizantino Constantino Porfirogéneta envió el libro como presente al califa cordobés Abderramán III, un ejemplar en griego que fue traducido al árabe por un monje llamado Nicolás, con la ayuda del judío Hasdai ibn Shaprut. Se imprimió por primera vez, en latín, en 1478, en Colle (Toscana) por Pedro Paduano. Fue traducido al español por Andrés Laguna.

Pues bien, ahora ya es posible de disponer de un ejemplar en facsímil (es decir, prácticamente idéntico al original) de esta obra fundamental de la medicina. Se trata de un tomo de 191 folios en papel envejecido, de un tamaño de 33x23 centímetros, que reproduce el manuscrito 2656 que conserva en su biblioteca la Universidad de Salamanca y que se remonta al siglo XV. Encuadernado en piel, su tirada se limita a 500 ejemplares numerados ante notario, muy pocos si tenemos en cuenta el enorme interés, tanto histórico como artístico, que tiene este título.